Por David Nuñez Amortegui
¡Ay Caro! Yo sé que te duele. No, yo no sé. Es imposible sentir tu dolor, pero hago el esfuerzo de entenderlo y me duele. Solo sé, por las muertes que he vivido, por lo que me han contado, que es un dolor infinito pero que t erminas comprendiendo, un dolor que nunca pasa pero que superas. ‘Superar el duelo’, dicen. Es normal sentir dolor, llorar, gritar…
Es necesario ‘vivir el duelo’. Alejo siempre será tu gran amor, siempre te dolerá no estar a su lado, pero ese vacío se llenará de los mejores recuerdos. Se llenará de ese mismo amor que hoy extrañas. Ese amor es tan grande que supera lo físico, que supera esta vida y siempre te acompañará, siempre te llenará de amor.
Ese amor de Alejo vive en nosotros. Gracias a ese amor hoy te quiero y te admiro más. Ese amor infinito, desinteresado, incondicional y absolutamente entregado es un ejemplo, es una luz, es algo que me da fortaleza y me anima a vivir, a vivir cerca de ti, a querer acompañarte, a querer aprender a amar de esa manera.
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Quiero contarte algo: cuando murió mi hermano, él tenía 16 años y yo 5. Fue un accidente, de un momento a otro, nadie lo esperaba, nadie lo creía. Yo era muy pequeño, no me acuerdo muy bien, más allá de las lágrimas y la desesperación de todos a mi alrededor. Mi mamá me cuenta que después de enterrar a su hijito, durante 6 meses solo vio oscuridad. Aunque tenía que trabajar, cumplir horario, dictar clase, cocinar, hacer todas las tareas del hogar, cuidar a sus hijos y a su marido, todo eso solo era oscuridad.
Sin embargo, poco a poco todo se fue aclarando, la vida retoma su rumbo y sus colores, y aunque cada vez que lo menciona, cada vez que cuenta una historia de Dieguito, se le estremece el corazón, su amor nos ha unido siempre como familia.
Creo que Alejo siempre estará ahí uniéndonos, llenándonos de buenos recuerdos y de amor. Así como tu familia quiso e incluyó a Alejo, así te querrán y te cuidarán. Seguramente todos los que conocieron a Alejo siempre tendrán una buena palabra para ofrecerte, algo de amor para darte. Así como los vi amarse infinitamente a ustedes dos, quisiera estar para quererte, acompañarte y darte siempre las gracias. Gracias a Alejo.
Un comentario en “El amor de Alejo vive en nosotros”