Lobos, parte I

Conocí el sexo y al primer lobo a los 6 o 7 años. En ese momento, por supuesto, no tenía ningún tipo de conciencia sobre lo qué era el sexo o lo que implicaba: ¿Quién a sus 6 años, hombre o mujer, piensa, conoce o habla sobre sexo? A esa edad realmente y hasta pasados los 15, a mí lo único que me interesaba eran las muñecas. Continúa leyendo Lobos, parte I