Por Andrés Felipe Santamaría
Este fue mi segundo viaje a los alpes del norte en Japón. Viajé al final del verano del 2014, justo antes de que cerraran los picos más altos de la cordillera. Después de septiembre, debido a la llegada de la nieve, se necesita una licencia y un equipo específico para poder escalar.
Esta vez, acompañado de dos amigos, salimos de Tokio a medianoche. Después de manejar por tres horas llegamos a la estación de Matsumoto en la prefectura de Nagano, en donde dormimos un par de horas dentro del carro. Luego lo dejamos en el parqueadero y al amanecer tomamos el primer bus hasta Kamikochi, una reserva natural que hace parte de la cordillera Hida. Allí, junto a mis amigos, escalé dos de los cinco picos más importantes de la montaña Hotakadake: Okuhotakadake, el más alto con 3.190 metros, y Maehotakadake, el cuarto más alto es con 3.090 metros.
El primer día, en Kamikochi, empezamos una caminata de una hora a lo largo del río Azusa, luego empezamos el ascenso, primero rodeados de vegetación y después solo rocas cubiertas por neblina. Hacia las cuatro de la tarde logramos salir de la neblina y logramos la cima de Okuhotakadake. Después de un corto descanso, seguimos el camino hasta encontrar el hostal llamado Hotakadake-Sanso, ubicado a una altura de 2.983 metros. Allá comimos delicioso y tomamos cerveza con un impuesto a la altura. Luego nos fuimos a dormir, para recargar la energía necesaria para el trekking del segundo día.



































