Portar una máscara es una manera de representar un rol, también de escapar levemente de la realidad; en Bogotá, como en una película de George Romero, desde hace unos años se viene celebrando a finales de octubre «La Marcha Zombie». Por la carrera séptima, adultos y niños se confunden y se apropian de esta estética y cultura popular, todos disfrazados, todos celebrando la fiesta de Halloween.
