5 cosas que debes saber de la FILBo 2023

Por Angélica Villalba Eljach, Internacionalista o profesional en cultural general. Ama leer, los museos, los podcasts y el mar

La Feria del Libro de Bogotá (FILBo) es, sin lugar a dudas, el evento literario con mayor concurrencia de público en Colombia, convirtiéndose en uno de los eventos más esperados del sector año tras año. En esta ocasión, la FILBo llegó a su versión 35, se celebró del 18 de abril al 2 de mayo de 2023 y contó con la asistencia de más de 600.000 personas.

Aquí les voy a contar 5 cosas que no debemos pasar por alto de esta edición que acaba de culminar.

1. La inauguración mostró un abrebocas de políticas culturales por venir en Colombia y de cómo nos están leyendo desde otras fronteras

El día de la inauguración, que se realizó con todo el protocolo que el espacio amerita, estuvieron en la mesa principal 9 personas (4 hombres y 5 mujeres). De las 5 mujeres, resalto el hecho de que 2 eran extranjeras ―la embajadora de México en Colombia (Martha Patricia Ruiz Anchondo) y la escritora Chimamanda Ngozi Adichie―, otra era lesbiana (la primera alcaldesa de Bogotá, Claudia López), otra era la primera mujer negra en ser vicepresidenta de Colombia (Francia Márquez) y la otra, la primera mujer negra en ser ministra de Educación en Colombia (Aurora Vergara Figueroa).  

Podrían parecer innecesarios los adjetivos con los que me refiero a cada una de ellas, pero resulta apropiado para contarles que las palabras centrales de la jornada, a cargo de Chimamanda, estuvieron muy de la mano de ello, resaltando una de sus anécdotas más reconocidas ―que la primera vez que se sintió negra en la vida fue cuando dejó de vivir en Nigeria y se asentó en los Estados Unidos, cuando también cayó en la cuenta de que en sus lecturas de infancia nunca reconoció personajes que fueran como ella, y así― y con un discurso en el que habló de la importancia de escribir, de leer, de la moda, de la estética de lo femenino, y de la importancia de la Feria como punto de encuentro de las letras del mundo, y como punto de inclusión y diversidad se dio apertura a la sesión 35 de la FILBo.

2. Si no te gustan las multitudes, no vayas

En las redes sociales se leen muchas quejas sobre la cantidad de personas que asisten a la FILBo; hay propuestas que van desde subir el valor de las entradas, hasta ampliar a un mes completo la jornada. Las quejas se presentan porque en los días de semana asisten muchos estudiantes de colegio, y en los fines de semana van demasiadas personas, razón por la cual, la movilidad dentro del recinto ferial se complica para desplazarse de un pabellón a otro, o para leer detenidamente las reseñas de los libros.

Si bien son razones válidas, a la FILBo asiste todo tipo de público, los que van a aprovechar descuentos para nutrir la compra anual de sus bibliotecas, los que van a anotar títulos para luego comprarlos, los que sólo asisten a las charlas, los que van a vender, los que van presentar los eventos, los que van más de un día y avanzan progresivamente por cada pabellón (como yo, que fui 3 días y no la recorrí toda), y todo eso es válido.

A las personas que se quejan por el ruido y la cantidad de personas, les recomiendo no ir: durante los días de la FILBo, mejor aprovechen el silencio sepulcral y la soledad de las librerías que se vacían en Bogotá.

La Feria es punto de encuentro familiar y de amigos que disfrutan recorrer los pabellones de Corferias una y otra vez, algunas personas ahorran con esfuerzo para poder asistir y llevarse a casa al menos un libro, por eso deben recorrerlo todo, para saber cuál es el tesoro que se irá con ellos.

En medio de una industria editorial costosa, y con editoriales independientes que sobreviven con los costos de publicación y comercialización, subir las entradas para “filtrar” el acceso al evento, es simplemente una maldad.

3. Se siguen enredando con las agendas y los espacios para interactuar

En línea con lo anterior, la Feria podría ser mucho mejor si se tuviera mayor coordinación entre los organizadores, las editoriales, los autores, los moderadores, los medios de comunicación, en fin… Se nota que no hay atención por los detalles, se presenta una agenda nutrida hasta el cansancio de temas para todos los gustos que se van acomodando en cada espacio sin hacer una curaduría a la altura de la situación. Doy algunos ejemplos:

Los casos podrían seguir, pero la crítica se hace de manera constructiva, para que los organizadores estudien la posibilidad de hacer las charlas en el edificio del Ágora, por ejemplo, o para que se involucren más en la curaduría que hacen las editoriales de armar las agendas.

4. El país invitado: ¡súper chingón!

México como país invitado “la dio toda”, nuevamente contamos con un pabellón de nuestro país amigo, con el que nos unen muchas más cosas que las que nos separan. Un pabellón que contó con un pequeño homenaje a Gabriel García Márquez, con la venta de algunas piezas de arte contemporáneo, con una pequeña muestra de su majestuoso muralismo, comida e historia, pero sobre todo con muestra de libros increíble, con una sesión sobre autoras mexicanas envidiable y con un espacio de literatura infantil en donde los niños disfrutaron enormemente su paso por la Feria.

De hecho, uno de los espacios que más disfruté fue la posibilidad de hacer lectura en voz alta para niños en el Pabellón de México, junto con La Carreta Literaria, un proyecto de promoción de lectura del Caribe colombiano.

5. La presencia femenina debe incrementarse

Intentaron hacer una Feria “feminista”, pero aún falta; los avances son significativos, pues no se trata de traer a un icono de ciertas tendencias del feminismo como Chimamanda para que la premisa se cumpla. Los temas que se abordan en las charlas siguen siendo en su mayoría heteronormativos, las referencias más importantes de personalidades que asisten a la Feria siguen siendo hombres, y lo cierto es que la FILBo sería mucho mejor si vinieran más escritoras, porque, además, las mujeres leemos más.

Estos puntos de vista son evidentemente personales, pero después de haber asistido a más de 10 versiones de la FILBo, me atrevo a compartirles la experiencia de haber asistido una vez más. Siempre encuentro innovaciones y los puntos por mejorar simplemente se presentan porque el evento es un éxito, porque más personas lo demandan y porque las oportunidades de poder construir mejores espacios de este tipo en el país empiezan justamente por contar nuestras vivencias, por hacer aportes constructivos y por motivar a que otros también nos cuenten cómo fue su experiencia.

Imagen tomada de Pexels

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