Las newsletters de autor, un espacio más necesario que nunca

Carlos Arroyo es un intérprete-traductor que también hace fotos, graba podcasts y escribe en Sunday Service, su newsletter dominical. Puedes seguir su trabajo en sundayservice.substack.com y en Instagram: @charliecarax.

Primero que nada, hagamos un rapidísimo repaso de los últimos 500 años de comunicación escrita. Todo comenzó con la imprenta de Gutenberg…

Ah verdad, no te creas, no me atrevería a hacerte eso y tampoco estoy preparado para hacerlo. 

Pero lo que sí quisiera comenzar anotando es que el mundo de los medios de comunicación se encuentra en un momento bastante paradójico, emocionante y perturbador en igual medida. Te invito a que me acompañes a ver por qué y cómo se conecta todo eso con las newsletters de autor.

EL AUGE DE LAS REDES SOCIALES

Prácticamente cada mes estamos presenciando disrupciones enormes en el mundo de la comunicación. Las redes sociales y el advenimiento del “creador de contenido” ha resultado en una atomización en la forma como consumimos información. En la actualidad prácticamente cualquier persona con un smartphone, una computadora y un micrófono puede crear contenido, procurarse una audiencia y (con determinación y suerte) ganar dinero de esa audiencia que se conecta fielmente a sus canales favoritos de información o entretenimiento.

Serious Season 12 GIF - Find & Share on GIPHY

Muy, pero muy atrás quedaron ya los días de sentarse frente a la televisión a cierta hora de la noche a ver las noticias. Los noticiarios fungían como intermediarios (gatekeepers) entre el contenido y el espectador. Ellos decidían qué era noticia, qué valía la pena transmitirse por las ondas televisivas o radiales. Actualmente no hay “hora de las noticias” porque las noticias nos acompañan cada segundo, si estamos conectados a las redes sociales.

Cabe aclarar que nada de esto es bueno ni malo por sí mismo, y de ninguna manera estoy haciendo una apología de los gatekeepers tradicionales. Creo que las posibilidades que el nuevo ecosistema de comunicación le ha dado a aquellos que queremos crear contenido es algo maravilloso. Sin embargo, la realidad es también que, como usuarios promedio de redes sociales, estamos sobreestimulados, nos encontramos sensorialmente saturados debido a la forma como consumimos información y cómo están diseñados los dispositivos desde los que consumimos dicha información. 

Quienes han puesto atención a este tema (como bien se describe en el documental The Social Dilemma) nos han advertido que las redes sociales no están diseñadas con la salud mental de sus usuarios como una prioridad. El incentivo mayor es generar ingresos a través del modelo de anuncios, y para poder mostrarnos tantos anuncios como sea posible, necesitan nuestra atención las más horas posibles al día. La distopía del scrolling infinito va más o menos así:

video de gatitos

receta de waffles

escenas de la guerra en Ucrania

anuncio de HBO Max 

alguien trepando un cerro

anuncio de cerveza

video de Shakira

foto de elefantes

asesinato de periodista en Sinaloa

video del gol de Messi

anuncio de UNICEF

(y así hasta el infinito)

Phone What GIF by megan motown - Find & Share on GIPHY

Otra cosa que tampoco es un accidente es el formato del contenido que vemos ahora. Los dueños y diseñadores de las tecnologías que más consumimos se dieron cuenta de que el formato que más cautiva e hipnotiza a las audiencias es el contenido en formato de videos verticales breves, con cortes rápidos y animaciones de texto, con personalidades llamativas contando alguna historia o mostrando el cuerpo al ritmo de alguna canción de moda.

Entra a escena TikTok. 

La velocidad con la que TikTok acaparó usuarios, aventó al mundo un algoritmo hiperpoderoso y llegó a cambiar el panorama del consumo de contenido en redes sociales es absolutamente impresionante. El efecto ha sido tal que ahora vemos a Instagram, Facebook y YouTube en un proceso de “tiktokificación”, es decir, intentando parecerse lo más posible a la experiencia que hay en TikTok (a través de las stories, reels y shorts) con el afán de no quedarse atrás o dejar de ser relevantes. No estoy seguro que lo estén logrando.

LA NECESIDAD DE UN MODELO DISTINTO

Ahora bien… por fin llegamos a donde quería traerte, queridx lector/a.

La paradoja que mencionaba al principio reside en lo siguiente: en medio de este panorama en el que reina la novedad y la velocidad vertiginosa, también existe un fenómeno que ha tomado fuerza en años recientes y que va bastante en contracorriente de todo lo anterior. Me refiero a los podcasts de larga duración y las newsletters.

(Por más que quisiera hablar de los podcasts, enfoquémonos por ahora en las newsletters.)

Bueno, ¿pero qué es eso?

Las newsletters o boletines digitales son publicaciones que se envían con cierta periodicidad a usuarios que se encuentran anotados en una lista de correos. Sí, correos electrónicos. Esa tecnología sorprendentemente resiliente.

Los boletines digitales han sido utilizados tradicionalmente por las marcas y demás empresas para mantener informados a sus clientes de nuevos productos u ofertas de temporada. Es una forma de recordarle a sus clientes que aún existen. Pero, a menos de que se trate de una marca que realmente nos importe, los correos que recibimos de marcas tienen un destino muy claro: la bandeja de correos no deseados, directito al spam.

Que las marcas puedan enviar correos a nuestro email personal siempre se ha sentido como un error, como una invasión de espacio personal. A veces no sabemos cómo consiguieron nuestros correos. Otras veces nos siguen llegando correos de marcas de cuya lista nos hemos dado de baja varias veces. La forma como las marcas han abusado del correo electrónico es una de las razones por las que los boletines tienen (hasta cierto grado) una mala reputación. Nadie quiere recibir más emails de los estrictamente necesarios.

Send Me Youve Got Mail GIF by mrjonjon - Find & Share on GIPHY

De ahí que sea intrigante que las newsletters, que técnicamente no son otra cosa que un correo electrónico, estén tomando tanta fuerza actualmente. Este fenómeno me parece que responde a lo que mencionaba al principio de este escrito. En un contexto en el que absolutamente todo mundo tiene una voz en las plataformas, las cuales ya dijimos que están incentivadas a mostrarnos tanto contenido como sea posible (y mientras más escandaloso mejor), un boletín bien curado con información relevante y significativa para nuestros intereses, con recomendaciones valiosas y alineadas a un tema, se siente como una bocanada de aire puro en un cuarto lleno de humo.

Sin duda las newsletters más populares y más abundantes son aquellas que recopilan información relevante del tema que le interesa a sus suscriptores. Es decir, se convierten en un “trusted gatekeeper”, un intermediario de confianza, al cual con gusto le cedemos la tarea de informarnos de una forma más clara, ordenada y hasta creativa sobre el tema de nuestro interés con cierta regularidad, dependerá del tema. Marketing, herramientas digitales, tecnología y finanzas parecen ser temas populares y en demanda. 

Sin embargo, hay un tipo de boletín personal que está empezando a hacer más ruido y que me parece importante que los conozcamos mejor. Es más, mi deseo es inspirarte queridx lector/a a comenzar tu propio boletín. 

Las newsletters de autor siguen siendo por supuesto un mail, pero con un toque mucho más personal. Es como si las cartas tradicionales y los blogs hubieran tenido un hijx. Detrás de estas newsletters hay una persona, con nombre y apellido, que le escribe correos a sus suscriptores. El tono es mucho más conversacional y, contrario a lo que pasa con los correos que mandan las marcas, ésta es correspondencia que sí estamos esperando recibir, que leemos con atención porque sabemos que la persona detrás de la pantalla tiene algo interesante qué compartir, por eso les dimos acceso a nuestra bandeja de entrada para empezar.

Los autorxs de estas newsletters comparten lo que piensan en texto, imágenes, audios o videos, a través de los cuales abren una ventana a su mente y a sus vidas de una forma que se siente más íntima y mucho menos performática.

En un mundo en el que los canales digitales nos presentan información tan fragmentada en sucesión rápida, reduciendo así nuestra capacidad de poner atención por períodos más prolongados, las newsletters de autor se presentan como una alternativa para pausar, ya sea en la lectura o en la escritura, y reducir voluntaria y conscientemente el volumen de información que entra a nuestras vidas. Menos, pero de más calidad. Más lento, pero más intencional. La experiencia de leer un mensaje dentro de nuestro correo electrónico es fundamentalmente distinta a leer el mismo mensaje en una red social junto a otros millones de impulsos buscando nuestra atención.¿

¿POR DÓNDE COMENZAR?

Si has llegado hasta acá, seguramente te estarás preguntado: «Ok, interesante, pero no conozco ninguna newsletter de autor». Bueno, ahora que lo mencionas, te dejaré algunas recomendaciones de boletines que yo sigo y considero valiosos:

Y si de pura casualidad he despertado esa cosquilla de intentar empezar un boletín, pero sientes que no tienes idea de que se trataría. Mi consejo inicial es: en realidad no importa de qué se trate, mientras sigas tu curiosidad.

Estoy convencido de que escribir y compartir de forma regular lo que pensamos, o alguna vivencia, alguna reflexión, algo que nos movió durante la semana es un acto generoso que no sólo puede aportar valor a quien se encuentre nuestro boletín algún día, sino que es también una forma de navegar nuestra mente continuamente, ser testigos y registro de un tiempo en nuestras vidas.

Te invito a que lo consideres seriamente. Tu voz es importante.

Foto tomada de https://unsplash.com/

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