Pensando en los años de anhelar y correr
Desde aquí incrustado y en mi cama yacer
Volando siempre en verdades fugaces
Guardando el tiempo en memorias banales
No es que no viera el bramante que ataste
uniendo el camino al perfume del lastre
Es solo que nunca contemplé perecer
en la estrella más burda del cielo que creaste
Vestiste la muerte de colores brillantes
Alabaste a los santos con versos disonantes
Y llegaste a mi vida antes que la horda incesante
de llagas absurdas su imperio anunciase
No sé si te ríes en tu banco de perras
del sutil descuido de las masas enteras
que esperando lo obvio de este escribano a tientas
lamentan el símil de las caras de ellas
¿Pero qué importa si de alguna manera
confunden tu engaño con el gemido de aquellas
a quienes enviaste a fungir de doncellas
para así reafirmarte en tu mundo de hogueras?
No sé si este anuncio en las horas de insomnio
confirme el retorno a tu reino de errores
Yo solo espero al saberme ya muerto
en mis sueños al menos mi anhelo perdones
Y ahora que el velo por fin se descubre
dejando a la vista ese nudo infinito
de causas y efectos, de trazos y manchas
tan solo me resta aceptar el delito
Tiraste las riendas del sueño profundo
Por fin condenaste a este lobo estepario
Mañana en la niebla tediosa del alba
sabrás destruir la conciencia creada