
Y ya conozco tu entrada, ya no temo tu llegada
Sin bombos ni platillos, sin avisos, sin alardes, sin alarmas, sin sorpresas…
Desdobla esa capa negra, afila esa punta tosca
No me escondas que yo no te miento,
no te niegues que yo no te niego
No te ocultes tras las citas, no te vistas ni te peines
Dale, entra, ¿para qué esperar?
Ya las noches no me alcanzan, ya los días no me calan,
Ya las bocanadas invadieron las paredes de la casa de la primavera
¿Y para qué te quedas, para qué me atrasas?
¿Para qué visitas largas si el tren que te trajo volverá mañana?
No extiendas la antesala que tu aliado lunes ya me llama
No me escuches si te llamo, no te quedes si te imploro
No me hables al oído, pero mírame a los ojos
¿Para qué el disfraz si tu piel ya la conozco?
Ya conoces tu salida, ya el mierdero me acompaña
Ya el espasmo me aconseja mientras traes otro abismo
No te afanes que este humo me envenena mientras vuelves