Por Leonardo Bohórquez Díaz. Antropólogo girando alrededor de la cultura, la música y la producción de audio. Productor del podcast Perseguidos por Pancracio
Crecí disfrutando la radio y la televisión de los 80s y algo de los 90s: programas de “variedades” para adolescentes urbanos y música, mucho pop y rock, sobre todo. Sin embargo, con los años, fue creciendo un desencanto con la radio, con sus contenidos fútiles, con la superficialidad de sus mediadores (presentadores y DJs) y con la pauta publicitaria excesiva. No tuve más remedio que alejarme de ambos.
Emprendí nuevos rumbos que consistieron en copiar cassettes y rotar vinilos con amigos, así no tenía que esperar a que pusieran mis canciones favoritas en las emisoras y los programas de radio fueron reemplazados por charlas con amigos sobre bandas, letras, álbumes, conciertos, etc.
Treinta años después, un amigo me habló de podcast y me propuso que encontráramos un tema e hiciéramos uno. Me explicó el concepto así: “Es algo parecido a la radio, pero mejor”, seguido probablemente de alguna recomendación. Cualquiera que esta haya sido fue una epifanía y significó mi reencuentro con el disfrute del universo de las voces y los sonidos que no eran música.
Mi oído siempre ha estado listo para descubrir nuevos sonidos y mi amigo tenía razón: era algo parecido a la radio, pero mejor. Mejor porque no dependo de la programación de otros y construyo la mía; encuentro contenidos de mi interés; y por lo general no hay comerciales (y cuando los hay, no me parecen excesivos).
Entonces, me propuse explorar ese mundo de producciones de audio para descubrir de todo, cosas maravillosas y otras no tanto. Les comparto algunas de las maravillosas: la experiencia e independencia del oyente, la variedad de formatos, temas, voces, estilos, entre otras, pero sobre todo con el trabajo, dedicación y cariño que hay detrás de cada una de esas producciones. Ahora que soy yo quien ha incursionado en este mundo con la creación del podcast Perseguidos por Pancracio, he entendido y valorado aún más el oficio.
Igualmente, el consumo de podcast me ha conectado con personas que, con sus recomendaciones, observaciones y conversaciones, me han permitido disfrutarlos de mejor manera.
Y voy recordando algunos sonidos e historias de ficción que hicieron explotar mi cabeza como Caso 63 y Guerra 3; o con el corazón arrugado y el oído atento, adentrarse en investigaciones, de las más crudas de nuestras realidades, como en el especial de tres episodios de Radio Ocote “No Fue el Fuego”, Después de Ayotzinapa y La Advertencia; o hablar de música con Lado BB y La Canción Sin Fin; o desmitificar y entender mejor a la dominante cultura de los poderosos vecinos de arriba con Aló Miami o Ey Broder; o acercarse a hechos históricos trascendentales como lo hacen en Historia Exprés; o escuchar interesantes conversaciones en Wiser Than Me. ¡Hay muchos podcasts maravillosos!
En síntesis, el podcast es un medio en el que fácilmente uno puede encontrar y conocer mejor a personajes admirados en el arte, la ciencia, la literatura, la política, el deporte o cualquier ámbito. Es un espacio para descubrir lo desconocido, entretenerse con algún programa divertido o facilitar esa conversación que no se ha podido tener al terminar de ver una película y… en fin, en el podcast está el mundo entero.
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Una respuesta a “En el podcast está el mundo entero”
Definitivamente en el podcast está el mundo entero.
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