La nada comienza
en la secuencia de mi respiración cuando despierto
y estoy confusa con vagas memorias
de lo que recién acabo de sentir.
Dudo si aquello que vi
es solo el resultado de las pocas horas de sueño
o es más bien el mensaje que esperaba,
el umbral entre aquello que pude palpar al tacto
o simplemente una mala broma de mis sentidos.
Nada está dicho
solo el primer sorbo de café
que anhela el cautiverio de una idea que sea verdad.
Todo comienza cuando me observo
y me percato de seguir vistiendo un cuerpo
compuesto de una larga extensión de piel, huesos y músculos,
los mismos que se rindieron a las primeras gotas
que se impregnaron en mis poros.
Pero lo que veo frente a mí
no es más que la huella que dejé.
Camino hacia atrás,
a ciegas y con los pies desnudos,
con la ilusión de sentir un espacio infinito,
un salto al avenir en pleno despertar.
Es la intuición, brújula del destino
que asoma por la ventana
y me elevo
.
.
.
Mmatad
Una respuesta a “Todo termina en una página en blanco”
[…] Todo termina en una página en blanco, por Marcela Mata. “Nada está dicho / solo el primer sorbo de café / que anhela el cautiverio de una idea que sea verdad”. […]
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