Una salida del agua de Juan Camilo Herrera a favor de la producción audiovisual y de Armin Sattler en contra (algún día).*
“Esto es real. Esto es mágico. Estos es Cien Años de Soledad.” Con estas palabras Netflix Latinoamérica anunció el 06 de marzo de 2019 en Twitter que la plataforma digital producirá la serie del libro principal que llevó a Gabriel García Márquez a ganar el Premio Nobel de Literatura en 1982. La noticia ya ha despertado sospechas, alegrías y hasta miedos en distintos sectores; no es para menos, Cien Años de Soledad es considerada para muchos una de las grandes obras que se han escrito en la lengua más hablada en el continente americano.
La familia y los continuadores patrimoniales tienen el derecho legal a decidir el rumbo y la voluntad de la obra de Gabo. De hecho, en Peces fuera del agua respetamos su decisión. No obstante, por tratarse de una obra que desde hace rato hace parte del patrimonio colectivo, en la redacción de este portal y a la vez en calidad de lectores y (futuros netflixvidentes en 2024); queremos ventilar los siguientes argumentos a favor y en contra de la decisión:
A FAVOR DE CIEN AÑOS DE SOLEDAD: DEL LIBRO A LAS PANTALLAS (JUAN CAMILO HERRERA)
Según Rodrigo García Barcha (hijo de Gabriel García Márquez), en entrevista para EL TIEMPO, una de las principales preocupaciones de su padre para la adaptación audiovisual tenía que ver con la duración y los límites propios del cine. “Hubo intentos de cineastas, pero nunca hubo realmente ningún progreso porque Gabo nunca creyó, primero, que se pudiera hacer en una película o en dos.” Con una plataforma digital y la posibilidad de varias temporadas este problema ha dejado de ser una limitante.
De los varios intentos del pasado, otras de las preocupaciones de Gabo tenían que ver con el lugar en el que se grabaría la producción y de que fuera filmada en idioma distinto al que fue concebida la obra literaria.Afortunadamente la familia ha exigido que las locaciones de la producción sean mayoritariamente en Colombia (se está filmando en el Dpto. del Tolima) y que la serie sea hablada en la lengua mayoritaria de los americanos. Por tanto, también han sido superados estos dos graves obstáculos. La saga se filmará enteramente en “Macondo”.
¿Una producción para los que no leen?
La obra fue publicada en 1967 y desde entonces han sido vendidas +50 millones de copias y traducida a 46 idiomas. Para el que no lo sepa, la población mundial está llegando a los 8000 millones de habitantes. Por tanto, se puede decir que esos 50 millones son una pequeña elite de lectores que a bien tuvimos por comprar el libro, leerlo completo, a medias, regalarlo o simplemente para perdernos en un árbol genealógico sin más salida que la resignación del enredo.
Con la llegada de las plataformas digitales, la forma de narrar historias audiovisuales está cambiando en materia del qué, cómo, cuándo y dónde hacerlas y verlas. No se necesita un estudio profundo para saber que los tiempos están cambiando y con ellos las formas de narrar. Por tan solo un momento, vayamos al pasado y pensemos en el momento histórico en que La Odisea pasó de ser una historia contada por muchas voces y generaciones a través de la tradición oral para pasar a ser “petrificada” en un texto escrito. Seguramente en ese momento muchos se opusieron a que fuera escrita y no narrada. En la actualidad, muy pocos se habrán enterado de esa “odisea” por medio de la tradición oral o quienes no pudimos con el estilo de los cantos; por medio de animaciones o producciones audiovisuales de pésima calidad.
Ya no vivimos en los tiempos en los que se leía masivamente y la publicación de un libro era todo un acontecimiento colectivo. Nos guste o no, ahora el formato audiovisual, en particular las películas y las series, son los mecanismos dominantes para comunicar historias de forma masiva (incluidas redes sociales). La literatura es un lujo relegado a una selecta y maravillosa minoría elitista. Si los que han leído la obra están tan temerosos de que el Coronel Aureliano Buendía sea “petrificado” en la cara de un actor que tiene que pagar impuestos en la vida real, a mí también me asusta. Incluso también me preocupa que la actriz que vaya a representar a Remedios la bella, no sea tan bella como Remedios la bella. Ni que vaya a sentir lo mismo o más por ella cuando la vea desnuda en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios o cuando tengamos que escuchar sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos.
Si el experimento sale bien, será un gran paso para remasterizar una de las obras cumbre del boom latinoamericano del siglo XX y de hecho vender una imagen más amable de América Latina a las nuevas generaciones. Si sale mal, será gravísimo y de hecho los precedentes llevados al cine no han sido los mejores, pero tampoco diría que fallidos, sino diferentes: Crónica de una muerte anunciada (1987), El coronel no tiene quién le escriba (1999), Memoria de mis putas tristes (2011) y la más reciente El amor en tiempos de cólera (2007). En general fueron producciones OK. Ni tan malas ni tan buenas. No obstante, en esta ocasión hay un elemento nuevo y es la posibilidad de tener una o varias temporadas para experimentar con la creatividad y asumir el reto de trasladar de la letra a las imágenes en movimiento “un prolongado silencio sin recuerdos”.
Por tanto, si bien entiendo que hay un contrato y que desde ya se habla de una primera temporada para 2024. Mi consejo es paciencia. Ya esperamos lo más, podemos esperar lo menos. Lo importante es quede bien hecho.
Pasar la página de los Narcos para mostrar la de la Soledad de América Latina
Estoy de acuerdo en que no se vayan a filmar en locaciones tipo Hollywood, pero creo que la familia se quedó corta al exigir que fuera solo Colombia. El Caribe es una región y si bien en el Caribe colombiano hay locaciones geniales, en Venezuela y Cuba por ejemplo hay lugares únicos que deberían ser parte de la serie. Tal y como creo que lo es en las asociaciones que muchos lectores hicimos al leer la obra.
La oportunidad de cautivar al público masivo que accede a la narrativa por medio de la Internet es una oportunidad de oro para recordar los graves problemas que vive no solo Colombia sino América Latina en su soledad. Los problemas de la mafia y los carteles no son más que una manifestación o moda reciente de un problema que se deriva precisamente a aquellos momentos después de la creación de nuestras republicas en el que “…el mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”.
Esta producción es la oportunidad perfecta y contundente para pasar la página de las narconarrativas de droga y prostitución. A cambio, Cien Años de Soledad permitiría mostrarle a un mundo las causas de la soledad y en especial el cómo la familia Buendía y todas las demás familias hemos vivido en estas tierras más de 200 años de soledad.
En ese caso, los que no leen tendrán que leer. Por eso, mi consejo para los puristas que hacen parte de la pequeña elite que ya la han leído y que están profundamente inconformes con la decisión es: no la vean. Es un hecho que les parecerá errónea, falsa, inverosímil, etcétera.
*Esta discusión inició vía chat, el 13 de marzo de 2019, cuando supimos la noticia y alguien compartió el link en un grupo de WhatsApp. Como quizá a muchos les habrá pasado, se inicia un debate de muchas líneas en un chat que dura por horas. Pasadas varias horas, desafié a Armin Sattler a que escribiéramos un “contra” para ser publicado en Peces fuera del agua. Esta versión la escribí el mismo miércoles 13 de marzo de 2019. Había olvidado por completo el asunto hasta que hace unos días lo encontré y lo reciclé para la presente publicación.
EN CONTRA DE CIEN AÑOS DE SOLEDAD DEL LIBRO A LAS PANTALLAS (ARMIN SATTLER)
Algún día…
Imagen: Netflix
Peces fuera del agua es un laboratorio creativo que explora y difunde narrativas digitales en el que puedes publicar tus trabajos. Envíanos tus propuestas al email pecesfueradelagua@gmail.com. Si te gusta lo que hacemos, comparte nuestras entradas con tus amigos y síguenos en Facebook, Instagram y Twitter. También puedes suscribirte a nuestra newsletter, El cardumen.

