
¿Sensible, yo? ¡Gracias!
Me di cuenta de que en mi sensibilidad no radicaba lo malo, sino lo bueno. Dejarme sensibilizar y, mejor aún, demostrarlo, me completa y hasta me enorgullece. Dejemos ser y démosle rienda suelta. Continúa leyendo ¿Sensible, yo? ¡Gracias!