Octubre siempre me ha parecido increíble. Un mes de arduo trabajo para tener el mejor disfraz.
Aunque no siempre fui la ejecutora del traje, recuerdo Halloween como una época de creación intensa. También me acuerdo que, cuando era niña, había un disfraz muy popular de algo denominado “dama antigua”. ¿Qué carajos era eso? Hoy sigue siendo un misterio para mí, aunque las niñas que se disfrazaban de dama antigua llegaban vestidas de Jasmín, la princesa de Aladín o de princesa cortesana o de una mezcla de las dos.
Claro, en esa clasificación cabe de todo, si uno asume que lo antiguo es lo no-moderno. Por ejemplo, si hoy me disfrazara de dama antigua escogería el look de Marta Lucía Ramírez y me aprendería un discurso de Viviane Morales. También diría cositas como las que dice María Fernanda Cabal cuando está alteradita. Me la pasaría hablando de la Unión Soviética en presente simple “es que allá la gente come todos los días lo mismo”. Practicaría la voz de María del Rosario Guerra, sosteniendo un falsete mientras explico que mi apellido me da derecho a rechazar el proceso de paz. Algo que me haga ver bien anticuada. Y lo de dama, bueno… yo nunca he sido tan buena para eso, sobre todo cuando digo groserías postmodernas, que son también enfermedades venéreas.
A pesar de no ser una dama, en términos de Alejandro Ordóñez, cuento con algunos atributos, no tan notorios, pero tampoco inexistentes. Así que, igual siendo un disfraz, esas cosas se solucionan. Un acento cachaco me haría bien. Un monóculo, y quizá un abanico. Una mirada ladeada para poder ver por encima del hombro a todos. Unos tacones anchos (porque podrá ser muy Halloween y lo que sea, pero uno no aprende a andar en tacones puntilla de la noche a la mañana, y una dama con el tobillo entablillado no tiene nada de antiguo ni de fiestero).
Aunque creo que ese disfraz tiene un potencial discursivo más que estético, es importante parecer también antiguo. Que no es lo mismo que estar viejo. Es cuestión de fijarse con laquita unas ideas bien inquisidoras. Que a uno se le note en la fiesta el asco por el sudor ajeno. Que mire con recelo a las que van vestidas de angelito picarón. Y de levantarle la ceja a los manes que decidieron vestirse ese día de monjas, de princesa, de abejita. De tomar de a sorbitos un coctel aburrido: Baileys con crema chantillí y café. Una cosa con la que la juventud vomite de solo mencionar. Que uno pague con monedas de oro (o sea, de chocolate, que Halloween no lo hace a uno rico tampoco) y se las tire al barman con desprecio. Que a mitad de la noche uno grite como un loco que se larguen todos de su casa, y al día siguiente pida disculpas en la misa por su comportamiento de poco buen samaritano. Pero claro, esto sería meterse mucho en el papel, tomárselo muy en serio. Si es cosa de una noche, que valga tanto la pena que en la mención de honor a mejor disfraz lo llamen a uno así: la Dama Antigua. Y uno sepa que es con uno.
Yo lo sabría, indiscutiblemente.
Imagen hecha por mí con fotografías tomadas de los siguientes sitios:
*Un datico muy especial es que Mafe Cabal no tiene una sola fotografía de uso libre en la web. Es que ella es anticomunista.
Viviane Morales. Hechos y crónicas. “Senadora Viviane Morales estuvo en el Foro: Por el derecho a creer”. 12 de Junio, 2016. https://vimeo.com/17435878
Paloma Valencia. Centro Democrático. 22 de mayo, 2017. https://www.flickr.com/photos/152378065@N04/34807955416
María del Rosario Guerra. Centro Democrático. 6 de mayo, 2017. https://www.flickr.com/photos/152378065@N04/33683312763
Marta Lucía Ramírez. Inter-American Dialogue. 9 de septiembre, 2015
Músicos. https://pxhere.com/es/photo/316150
Peces fuera del agua 
Una respuesta a “Ideas para un disfraz de dama antigua”
Muchas felicitaciones y éxitos mil.bendiciones.l
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